Asimismo,
propone a los fondos de pensión públicos o privados (los que almacenan la
tarasca de los jubilados, por ej: Anses, publico en nuestro caso) que recurran a
utilizar distintos instrumentos financieros, los cuales “tienen mayor capacidad
de gestionarlos”. Ahora bien cuáles son estos instrumentos a utilizar? Ni más
ni menos que los vigentes, particularmente los del modelo preponderante: los
del neoliberalismo. En términos concretos la solución se circunscribe a un
presunto ajuste fiscal y flexibilización laboral, como se describió
precedentemente, las mismas recetas que se recomiendan con tanta frecuencia en
la cotidianidad de los países desarrollados, los cuales funcionan como agentes
contractivos de la economía.
Porque
contractivos? Por lo siguiente: si yo recorto el sueldo de los jubilados, de los
trabajadores, y además pretendo aumentar
los aportes que tienen que hacer estos para su pensión, como dictamina esta
entidad, no hago más que achicar la economía de un país. Siguiendo estos lineamientos, el sueldo
percibido de la población es menor, por lo tanto el gasto público del mercado
interno también lo va a ser, en rigor, si la ciudadanía compra menos al mercado
interno la demanda local va a menguar, cristalizándose en un bajo rendimiento
de las empresas locales. Las empresas al no tener la misma demanda de su
manufactura bajan los salarios de sus operarios, o rescinden el contrato de una
cantidad determinada de trabajadores. Si no estás contratando trabajadores, y por el contrario los despedís, en
consecuencia no habrá suficientes ingresos salariales, suficiente consumo, no
habrá suficiente demanda, es un circulo “chotito” como dice Claudio María Domínguez
y excesivamente paradojal.
A raíz de esto el Producto Bruto Interno (PBI) de un país también disminuye por estos factores que suscitan una recesión, un “retroceso económico”, determinando un ciclo deficitario que aumenta de manera lineal.
En
palabras del propio Marx: “Pues no están funcionando los mercados. El individuo
puede ser racional. Las empresas, para sobrevivir y salir adelante, pueden
abaratar más y más los costos del trabajo, pero los costos del trabajo son los
ingresos y el consumo de otros. Por eso es un proceso autodestructivo.” Y cuánta razón tenía.
Y para qué
querrá el FMI que nos endeudemos? Obviamente la repuesta es elemental… básica,
para que acudamos a sus organismos acreedores, pidamos un préstamo, redoblemos
la recesión, e indirecta o directamente disminuyamos la actividad económica,
comercial e industrial y primordialmente contraigamos una deuda (que nos
encadena), gracias a los distintos plazos e intereses que unilateralmente
benefician al propietario de ese capital. En resumen quedamos en merced del
mercado como “regulador” y se reduce superlativamente la participación del
estado.
Países miembros del FMI |
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