No fue Sarmiento y no lo es todavía, uno de los
venerados próceres de América Latina (sobre todo por la oligarquía argentina)
aclamado hasta en la Cuba de Fidel Castro? ¿Pero no es Sarmiento el más
indudable degollador de gauchos, y propagandista literario del degüello? ¿No
han circulado, acaso, en América Latina sus cartas al general Mitre, otro
semidios del Parnaso oligárquico, en las que le aconseja que “no ahorre sangre de gauchos que es lo único que
tienen de humanos”?
A su favor es preciso
reconocer que fundó la Sociedad Protectora de Animales, entidad que aun
subsiste, pues el célebre educador era más compasivo con los perros que con los
gauchos. Numerosos “marxistas” de nuestro tiempo rinden culto a Sarmiento, a
Mitre y a otros Santos Padres de la historia que se cree. Escojo al azar
algunas perlas; pero toda la historia de America Latina ha corrido por las
manos de monederos falsos.
En definitiva, ¿Acaso el carácter semicolonial de la América
Latina disgregada y perdida de su conciencia nacional no se prueba en no pocas
de sus Universidades? Muchas han sido sensibles como la cera para grabar en
ellas la tipología de las preferencias u ocurrencias europeas o
norteamericanas, académicas o iconoclastas, en materia sociológica, económica y
política. Aunque esta influencia deformante se expresara en el pasado desde una
óptica de respetabilidad conservadora y luego asumió la atrevida mascara de un “izquierdismo
abstracto”, en sustancia no ha variado el espíritu cortesano, ya que los
grandes temas de la Nación inconclusa permanecen intocados para ellos.
Esa conciencia
esencial entre unos y otros, radica en ignorar que solo se devela el enigma histórico
de América Latina con la formula de su unidad nacional.
Resulta irrelevante
que unos se consagren a plantear el “desarrollo” de cada una de las repúblicas latinoamericanas
mediante auxilios del capital extranjero; o mediante el crecimiento
independiente del capitalismo nacional; o a través de la revolución socialista,
si cada uno de los arbitristas rehúsa considerar a América Latina como el
espacio político de una Nación no constituida.
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